Nueve principios para una alimentación sana

•enero 14, 2010 • Deja un comentario

Los niños que ya cumplieron su primer año pueden disfrutar de una dieta variada y completa.
Ya pueden integrarse a la mesa familiar y comer comidas sabrosas que se adecuen a los gustos de toda la familia.

Energía ilimitada
Como a partir de esta etapa el bebé comienza a desplazarse, sus niveles de energía aumentan considerablemente, con lo cual cambian sus necesidades alimenticias también.
Aunque ya pueden comer de todo, los niños de esta edad necesitarán tentempiés entre comidas para cubrir el gran gasto de energía que tienen.
Los expertos en nutrición señalan que las recomendaciones del consumo de grasas y calorías en los adultos y niños de mas de cinco años no se aplican a los niños menores de esa edad.
Por el acelerado ritmo de crecimiento de los niños, las grasas son necesarias, porque son una fuente concentrada de energía que necesitan para el crecimiento de músculos, tejidos y huesos que tiene lugar en la primera infancia.
Por ese motivo, no le des leche semidesnatada, sino leche entera, con un 3% de materia grasa. Tu hijo aún necesita tomar dos vasos y dos tercios de leche entera por día, según indica la Asociación de Pediatras de Estados Unidos.

Los nueve principios básicos
1. No dejes que se salte las comidas: organiza una rutina de comidas y sé constante. Saltarse comidas a esta edad puede privar a tu hijo de una alimentación completa y equilibrada. La falta de alimento durante mucho tiempo puede provocarle una baja en su nivel de azúcar en sangre conocida como hipoglucemia, y esto puede ponerle nervioso o fácilmente irritable. Por supuesto que puede pasar que tu hijo no quiera comer, pero debes ofrecele siempre comidas sustanciosas de manera regular.

2. Los dulces siempre son problemáticos: en general suministran calorías vacias a los niños y al mismo tiempo llenan su estómago y generan una sensación de saciedad casi inmediatamente después de comerlos no dejando espacio para comer los verdaderos nutrientes que sus cuerpos necesitan. Además, los azúcares contribuyen a la formación de caries en los dientes y, según estudios recientes, pueden predisponer al desarrollo de diabetes al incrementar la necesidad de cromo del cuerpo. Algunos informes vinculan el consumo de azúcar con la hiperactividad en los niños.

3. Dar ejemplo: si el niño aprende que el tabaco, la cafeína y los excesos de azúcar son aceptables a una cierta edad, en el futuro será difícil mantenerles a raya respecto a ciertos hábitos dañinos. Por otro lado, asegúrate que todas las personas que viven en la casa y los que visitan regularmente al niño sepan cuáles son los principios alimenticios que estás siguiendo y no cambien la dieta de tu pequeño.

4. Prepárale comidas basadas en ingredientes frescos y naturales: cuanto menos cocinado y procesado esté un alimento, más posibilidades tiene de preservar sus nutrientes. Los niños procesan y retienen los químicos y conservantes de los alimentos durante más tiempo que los adultos y, al tener un cuerpo más pequeño, es importante que absorban la menor cantidad de químicos posible.

5. Cada bocado cuenta: éste es un principio que fue válido durante el embarazo y la lactancia también. Los niños tienen una limitada capacidad para comer, con lo cual es importante que cada bocado que introduzcan en su boca sea valioso desde el punto de vista nutritivo. No lo llenes de aperitivos o dulces vacíos de nutrientes, llenos de azúcar y calorías vacías. Mejor, ofrécele alimentos nutritivos como frutas, zumos o galletas o magdalenas de harina integral.

6. Ojo con el peso. Los problemas de sobrepeso en general comienzan en la infancia. Los niños un año necesitan un promedio de entre 900 y 1350 calorías diarias. No necesitas hacer el cálculo: basta con prestar atención a los porcentajes de crecimiento basados en la tabla que lleva el pediatra. Si un niño de 1 a 3 años tiene problemas de sobrepeso, el problema es la calidad de los alimentos. Ofrécele mucha comida con pocas calorías: frutas, verduras, harinas integrales. Si tu hijo está bajo de peso, dale alimentos ricos en calorías y nutrientes, sin necesidad de que coma grandes cantidades: plátanos, uvas, nueces, queso, aguacate…

[http://www.youtube.com/watch?v=AMcFOa7SMmY]

7. Todas las calorías no son iguales. No es lo mismo comer 100 calorías en galletas de chocolate que las 100 calorías que aporta un plátano o una manzana. Planifica las comidas y snacks de una manera cuidadosa para que la alimentación de tu hijo sea completa en calorías, pero nutritiva.

8. La hora de la comida es un momento para la familia. Tu bebé no comerá una zanahoria o una tostada integral untada en queso si su hermano mayor come pan blanco con crema de cacao o patatas fritas. La comida debe ser nutritiva y similar para todos los miembros de la familia por igual. Les harás un favor a todos y con el tiempo, te lo agradecerán.

9. Los hidratos de carbono. Los carbohidratos son el nutriente más habitual en las comidas favoritas de los niños, sobre todo si vienen en forma de harinas refinadas o azúcares. Muchos niños, sobre todo los que rechazan las carnes y pescados, viven comiendo pastas, patatas, panes y cereales. Pero los hidratos de carbono no son en sí malos o buenos. Existen los hidratos de carbono complejos que proveen además vitaminas, minerales, proteínas y fibras, así como calorías. Entre ellos están los cereales, el arroz integral, la pasta, frutas y verdura. Mientras que los carbohidratos simples sólo aportan calorías: azúcar, harinas refinadas (galletas, panes blancos).

A esta edad algunos niños consumen una cantidad enorme de comida, mientras que otros parece que la comida no les interesara y les basta con muy poco. No te preocupes si tu hijo no come mucho, lo importante es que lo que coma sea nutritivo y le alimente.

Artículo ofrecido por Verónica Wolman
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Tipos de intervención verbal del terapeuta

•enero 13, 2010 • Deja un comentario

1. Interrogar: preguntar es continuamente consultar a la conciencia del paciente, sondear las limitaciones y distorsiones de esa conciencia, transmitir asimismo un ‘estilo interrogativo’ frente a los fenómenos humanos. Revela un terapeuta no omnipotente y puede transmitir, al paciente, un respeto por parte del terapeuta sobre el carácter estrictamente singular de su experiencia. Es también una forma de indagar en la perspectiva que el paciente hace de su situación.

Simplemente con preguntar, dramatizando o no, el terapeuta pone en acción varios estímulos de cambio: uno primordial es que ejercita con el paciente una constante ampliación del campo perceptivo y el otro es el papel reforzador del yo de la experiencia de escucharse hablar. Todo estímulo para la explicitación apunta a romper las limitaciones y el encubrimiento contenido en el uso cotidiano del lenguaje convencional.

interrogatorio

2. Informar: en psicoterapias es altamente pertinente aclarar al paciente elementos de higiene sexual, perspectivas de la cultura adolescente actual, o problemática social de la mujer. También explicarle ciertos aspectos de la dinámica de los conflictos. La experiencia muestra que el mensaje que el paciente haga de esas lecturas, su experiencia global frente a la bibliografía, es sumamente rica para esclarecer conflictos de toda índole; crea una perspectiva desde la cual los problemas del paciente, con toda su singularidad, dejan de ser vistos como algo estrictamente individual que ‘sólo le pasa a él’.

3. Confirmar o rectificar enunciados del paciente: la rectificación permite poner de relieve las lagunas en el discurso, las limitaciones en el campo de la conciencia y el papel de las defensas en ese estrechamiento, contribuyendo a enriquecer ese campo.

La confirmación contribuye a consolidar en el paciente la confianza en sus propios recursos yoicos.

La capacidad del terapeuta de actuar flexiblemente con rectificaciones y confirmaciones de los enunciados del paciente es fundamental para crear un clima de ecuanimidad, propio de una relación ‘madura’.

4. Clarificaciones: apuntan a lograr un despeje de la maraña del relato del paciente a fin de recortar elementos significativos del mismo. A menudo se clarifica mediante una reformulación sintética del relato. Estas intervenciones preparan el campo para penetrar en sus aspectos psicológicamente más ricos y comprensibles, lo cual se hará mediante señalamientos e interpretaciones.

Las clarificaciones juegan durante la gran parte del proceso terapéutico el papel de instrumentos primordiales, en cuanto sientan las premisas para que algún momentos otras intervenciones, de tipo interpretativo, por ejemplo, puedan ser activamente elaboradas.

5. Recapitulaciones: estimulan el desarrollo de una capacidad de síntesis, que es fundamental en el proceso terapéutico para producir recortes y cierres provisorios, en conjunto con las interpretaciones panorámicas.

6. Señalamientos: actúan estimulando en el paciente el desarrollo de una nueva manera de percibir la propia experiencia. Recortan los eslabones de una secuencia, llaman la atención sobre componentes significativos de esa experiencia habitualmente pasados por alto y muestran relaciones particulares.

En psicoterapias tal vez constituya una regla técnica general la conveniencia de señalar siempre antes de interpretar. El fundamento de esta regla está en que el señalamiento estimula al paciente a interpretarse a partir de los elementos recortados, es un llamado a su capacidad de autocomprensión. En las respuestas del paciente a cada uno de estos señalamientos se revelan con gran nitidez su capacidad de insight, sus recursos intelectuales, el papel de los mecanismos defensivos y la situación transferencial.

7. Interpretaciones: introduce una racionalidad posible allí donde hasta entonces había datos sueltos, inconexos, ilógicos y contradictorios para la lógica habitual. Es importante recordar que toda interpretación es, desde el punto de vista metodológico, una hipótesis.

Las interpretaciones en terapia deben cubrir un amplio espectro:

a. Proporcionar hipótesis sobre conflictos actuales en la vida del paciente, es decir, sobre motivaciones y defensas.

b. Reconstruir determinadas constelaciones históricas significativas.

c. Explicitar situaciones transferenciales de peso en el proceso.

d. Rescatar capacidades del paciente negadas o no cultivadas.

e. Hacer comprensible la conducta de los otros en función de nuevos comportamientos del paciente.

f. Destacar las consecuencias que se derivarán de encontrar el paciente alternativas capaces de sustituir estereotipos personales o grupales.

8. Sugerencias: con estas intervenciones el terapeuta propone al paciente conductas alternativas, lo orienta hacia ensayos originales. Pero el sentido de las mismas no es meramente promover la acción en direcciones diferentes, sino proporcionar insights de nuevos ángulos; operan haciendo resaltar contrastes entre lo vivido y lo posible, y estos contrastes no se comentan en un discurso de ideas sino que se muestran gracias a un lenguaje de acción.

Las sugerencias en psicoterapia por lo común vienen a insertarse sobre desarrollos del proceso terapéutico en base a los demás tipos de intervención. Son oportunas cuando las condiciones del paciente para asumirlas y las del vínculo interpersonal en juego, han llegado a un momento de su evolución que las hace fértiles, receptivas para este tipo de estímulo.

9. Intervenciones directivas: las directivas que surgen en psicoterapia aluden tanto a necesidades propias del proceso terapéutico como a actitudes claves a evitar o ensayar fuera de la relación terapeuta – paciente. Si el paciente se enfrenta a una decisión importante, la intervención puede jugar un rol preventivo, jerarquizable no en términos de dinamismos sino en términos de existencia; otro nivel de acción está en el insight que puede lograrse después de la acción.

En general, se hace necesaria una intervención directiva en aquellas ocasiones en las que el paciente se encuentre sin los necesarios recursos yoicos, sólo hasta el preciso instante en que el paciente los adquiera o los recupere y logre una necesaria autonomía y capacidad de elaboración.

10. Operaciones de encuadre: estas intervenciones comprenden todas las especificaciones relativas a la normalidad espacial y temporal que habrá de asumir la relación terapéutica: lugar, ubicación de los participantes, duración y frecuencia de las sesiones, ausencias, retribuciones, etc. Una distinción importante es la que reside entre aquellas intervenciones que establecen un encuadre y otras en las que se propone un encuadre a reajustar y elaborar juntamente con el paciente.

El trabajo de elaboración conjunto del encuadre a adoptar constituye en la experiencia clínica una instancia mucho más rica desde el punto de vista de los datos que arroja sobre la problemática del paciente.

11. Meta – intervenciones: son todas aquellas intervenciones del terapeuta cuyo objeto son sus propias intervenciones. Pueden dirigirse a aclarar el significado de haber realizado en ese momento de la sesión o de esa etapa del tratamiento determinada intervención. Esta aclaración sobre la propia intervención es fundamental, ya que el aprendizaje esencial está en los métodos y no en los productos.

Una variante de meta – intervención radica en el cuestionamiento por el terapeuta de su propia intervención, señalando el carácter parcial de sus fundamentos, o el carácter aun hipotético de alguna de sus premisas. Otra variante consiste en la explicitación por el terapeuta de la ideología subyacente a algunos supuestos de su propia intervención.

Autor: Héctor Fiorini
Del libro “Teoría y técnica en psicoterapia” Bs. As. Nueva Visión. Bs. As. 8va edición 1986

Hello world!

•enero 13, 2010 • 1 comentario

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